Tenía 93 años. Dedicó su vida al arte y a unir su Galicia natal con Mar del Plata. Sus restos serán velados este viernes.
Falleció en horas de la mañana de este jueves en Mar del Plata el pintor José Solla, a los 93 años. Aunque se mantuvo activo hasta último momento, el artista fue víctima de una dolencia de la que no pudo recuperarse. De acuerdo a la información que proporcionó su familia, será velado este viernes de 10 a 12 en la cochería de Hipólito Yrigoyen 2046 y luego será enterrado en el cementerio de la Loma.
Solla era considerado un pintor de dos orillas: había nacido un 31 de octubre de 1927, en Marín, Galicia (España). Pero desde los 22 años residía en Mar del Plata. En esta ciudad estudió en la Escuela de Artes Visuales Martin Malharro. Y completó sus estudios de arte con el maestro Demetrio Urruchúa.
A Galicia nunca pudo abandonarla. Eligió vivir entre España y Argentina: el verano europeo lo tenía como residente en su casa de Bueu (Pontevedra) y la temporada local se instalaba en esta ciudad. Aquí fundó la Galería de Arte Solla, sobre la calle Falucho, un espacio que su familia pretende continuar abierto.
En Galicia, donde era habitual que realizara exposiciones e intervenciones urbanas, un paseo de la ciudad lleva su nombre, recordó Rocío Solla, nieta del pintor, en diálogo con LA CAPITAL.
En la plaza de la Biblioteca Parlante se encuentra una reproducción de una de las obras de Solla, “Veleros y lanchas”. El mural accesible fue realizado por alumnos de la Escuela de Cerámica local.
La voz de Solla en este fragmento:
La entrevista completa a José Solla podrá verse la semana que viene en el programa Memoria Viva, que realiza la presidencia del Concejo Deliberante, a través de su canal de Youtube. El ciclo busca recuperar la memoria de personalidades que transitaron por allí.
La última muestra en Mar del Plata se produjo el verano pasado en el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino: expuso la muestra que llamó “Palmira”. Y en 2019 su obra había pasado por el Museo de Arte Contemporáneo MAR. En esa oportunidad llamó a la exhibición “Rosalía”.
De acuerdo a lo que historió el poeta Felipe Oteriño, la obra pictórica de Solla transitó tres etapas: “En la primera, en obras de emotivo lirismo, consagra su vocación por el dibujo y la composición. En la segunda, ya en plena posesión de su maestría para la imagen, se aboca a la interpretación plástica del paisaje marino, mediante la ejecución de estilizados conjuntos de barcas y escenas del puerto marplatense. Y en la tercera –la más febril, la más gallega de todas- se entrega a la expresión de sitios de su memoria ancestral”.
La muestra “Rosalía”, que contó con el auspicio de la Xunta de Galicia, la dedicó a su hijo, fallecido un tiempo antes. “El hacer tranquiliza y cura. El tiempo va quedando atrás y la pintura hace olvidar su marcha. No me quejo, busco la libertad y denuncio el tabú y el miedo. El hombre debe ser libre y expresarse en libertad”, dijo en el catálogo de aquella muestra.
Sobre la obra de Solla, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, dijo: “La naturaleza de Solla destila galleguismo al igual que destila argentinismo y siempre está bañada de mar, de agua salada por el Atlántico, sin importar desde qué orilla empiece a ser recorrido”. Marcó así la voluntad de este artista plástico por unificar las dos regiones.